sábado, 8 de febrero de 2014

Augusto Castro. Libro "La filosofía entre nosotros".

La filosofía entre nosotros
 
Por: Jorge Paredes

A lo largo del libro se rescata la originalidad del pensamiento peruano que reproduce de manera particular las ideas surgidas en Europa. ¿Qué le da unicidad a estos cinco siglos de filosofía en el Perú? El libro parte de la hipótesis de que hay filosofía entre nosotros. Augusto Salazar Bondy intuyó esto y desarrolló su “Historia de las ideas en el Perú contemporáneo”, aunque no habló exactamente de filosofía sino de ideas. Yo creo que en la Colonia nuestra escolástica no fue necesariamente europea o medieval, sino tuvo variantes. La escuela de Juan de Espinoza Medrano, el Lunarejo, trata de afirmar las ideas de Platón con argumentos aristotélicos, una mezcla interesante que expresa lo que somos, quijotes y sanchos a la vez. Idealistas y pragmáticos. Recogiendo estas ideas uno puede entender por qué después los ilustrados peruanos pensaron como pensaron.

Que no eran iguales a los ilustrados europeos…
Eran más cercanos a estos escolásticos latinoamericanos porque eran católicos y el liberalismo europeo era anticlerical. Nuestros liberales eran profundamente cristianos, pero a la vez pragmáticos. Hay argumentos de Unanue, de Baquíjano, de Vizcardo y Guzmán, que muestran una preocupación por los problemas sociales, el tema del indio, por cómo construir una cultura de libertad en un mundo lleno de esclavos. En el libro solo he tratado autores fallecidos, y debo reconocer que filósofos, como Francisco Miró Quesada C., María Luisa Rivara de Tuesta, David Sobrevilla, son fundamentales para construir una filosofía contemporánea. Pero la filosofía es también mirar hacia atrás, como el búho de Minerva, que aparece en la noche, piensa en el día que pasó y sin quererlo anuncia el amanecer. Lo que he hecho es voltear hacia los quinientos años y ver lo que tenemos. Y descubro, por ejemplo, que hay escolasticismo y barroquismo en nuestra forma de pensar desde la colonia.

¿Lo barroco ha caracterizado el pensamiento peruano, a nuestra cultura?
Sí, se expresa en el arte, en nuestra forma de hablar. Esto viene de España pero también del Ande. Por ejemplo, el tema de la patria. Los ilustrados criollos hablaban de la patria como la tierra que los vio nacer. Esa es una definición muy andina. El indio se siente vinculado a la tierra como algo vivo, eso no es español. Cada valle en el Perú es un pueblo y esto ha hecho que veamos la tierra de manera distinta. Hay un vaivén entre idealistas y pragmáticos en el pensamiento peruano.

El libro recupera a personajes poco estudiados como Jorge Polar, a quien ubica como un elemento clave entre el siglo XIX y XX.
Decía que nuestros liberales no eran estrictamente liberales, y nuestros positivistas también fueron especiales. El positivismo afirmaba un proyecto social, donde lo individual no existía. Pero aquí Sebastián Lorente era un positivista católico, lo cual ya era una contradicción. Manuel González Prada era a la vez anarquista e individualista. Y ahí aparece Jorge Polar quien cuestiona todo esto. Él era un ilustrado, luego fue positivista, después devino en espiritualista y acabó siendo pragmático. En su vida pasó por todo. Él abrió las puertas del siglo XX a gente como Alejandro Deustua, Francisco García Calderón, Mariano Iberico, Pedro Zulen, que son idealistas y prácticos a la vez.

Otros nombres importantes son Alejandro Deustua y Augusto Salazar Bondy
Deustua rompe con el positivismo y busca construir un pensamiento nuevo, una estética de la libertad. Augusto Salazar Bondy nos permite una comprensión más cabal de lo que es nuestra filosofía. Salazar dice que la filosofía que habíamos tenido hasta entonces no había enfrentado directamente los problemas del Perú y se había quedado en el aire. Él reclamaba una filosofía comprometida, que fuera un instrumento para la transformación de la realidad. Lo importante es que estos hombres construyeron sus ideas y pensaron que podían señalar caminos hacia el conocimiento, es decir sobre qué significa hacer filosofía en el Perú.


Fuente: El Dominical de El Comercio 7/06/09

Augusto Salazar Bondy: intelectual público, filósofo y pensador de la educación.

Augusto Salazar Bondy

Mirko Lauer

Hace pocos días se cumplieron 40 años del fallecimiento de Augusto Salazar Bondy, intelectual público, filósofo y pensador de la educación destacadísimo. Su Historia de las ideas en el Perú contemporáneo (1965) es todavía una de las pocas obras disponibles en su género. Junto a ella hay una larga lista de trabajos en una carrera del pensamiento.
 
La gama de sus intereses filosóficos fue amplia. Desde el pensamiento Hipólito Unanue hasta el de Ludwig Wittgenstein, pasando por el de Gastón Bachelard. Pero su esfuerzo central lo dedicó al pensamiento filosófico peruano, al cual siempre vio como parte del latinoamericano. También en el terreno del método sus aproximaciones fueron variadas.
 
A fines de los años 50 participó en la fundación del Movimiento Social Progresista, a cuyo comité directivo perteneció a lo largo de la vida del partido. Es el inicio de un proceso ideológico que lo llevaría hasta la vicepresidencia de la Comisión de Reforma de la Educación y a presidir el Consejo Nacional de Educación durante el velasquismo.
 
David Sobrevilla, un destacado discípulo suyo, resume la idea central de Salazar Bondy en este tiempo como la descripción de la filosofía latinoamericana, y por extensión peruana, como un pensamiento afectado por la dominación, y en esa medida inauténtico. Incluso Salazar Bondy habla de un carácter imitativo de la cultura en la región.
 
A mediados de los años 60 fue un decidido promotor de la Facultad de Estudios Generales en la Universidad de San Marcos, una modernización que en ese momento fue intensamente resistida por la izquierda radical, que la consideraba un argumento imperialista. Por esos mismos tiempos participó en la formación del Instituto de Estudios Peruanos.
 
Salazar Bondy pertenece a la última generación de personas que en este país mantuvieron una actuación prominente desde el campo de la filosofía. Que fueron, digamos, filósofos profesionales antes de ser personas de todos sus otros intereses y actividades. Gustavo Gutiérrez o Francisco Miró Quesada Cantuarias son otros dos nombres que vienen a la mente.
 
Las ideas propuestas por Salazar Bondy sobre la condición alienada de la cultura peruana, y dentro de ello de una parte de su población, mantienen vigencia, y carga polémica. Los modernos trabajos de Aníbal Quijano sobre la colonialidad del pensamiento (no solo en el Perú) tienen una obvia relación con lo que escribió Salazar Bondy en su momento.
 
En efecto, el valioso pensamiento de Salazar Bondy mantiene una evidente actualidad. Que su matriz disciplinaria sea la filosofía no ayuda a su difusión en un tiempo marcado por las ideas instantáneas. Que sus difusores hayan sido a su vez filósofos, y dentro de ello académicos, tampoco ha ayudado mucho.

Fuente: Diario La República. 08 de febrero del 2014.