sábado, 8 de febrero de 2014

Augusto Salazar Bondy: intelectual público, filósofo y pensador de la educación.

Augusto Salazar Bondy

Mirko Lauer

Hace pocos días se cumplieron 40 años del fallecimiento de Augusto Salazar Bondy, intelectual público, filósofo y pensador de la educación destacadísimo. Su Historia de las ideas en el Perú contemporáneo (1965) es todavía una de las pocas obras disponibles en su género. Junto a ella hay una larga lista de trabajos en una carrera del pensamiento.
 
La gama de sus intereses filosóficos fue amplia. Desde el pensamiento Hipólito Unanue hasta el de Ludwig Wittgenstein, pasando por el de Gastón Bachelard. Pero su esfuerzo central lo dedicó al pensamiento filosófico peruano, al cual siempre vio como parte del latinoamericano. También en el terreno del método sus aproximaciones fueron variadas.
 
A fines de los años 50 participó en la fundación del Movimiento Social Progresista, a cuyo comité directivo perteneció a lo largo de la vida del partido. Es el inicio de un proceso ideológico que lo llevaría hasta la vicepresidencia de la Comisión de Reforma de la Educación y a presidir el Consejo Nacional de Educación durante el velasquismo.
 
David Sobrevilla, un destacado discípulo suyo, resume la idea central de Salazar Bondy en este tiempo como la descripción de la filosofía latinoamericana, y por extensión peruana, como un pensamiento afectado por la dominación, y en esa medida inauténtico. Incluso Salazar Bondy habla de un carácter imitativo de la cultura en la región.
 
A mediados de los años 60 fue un decidido promotor de la Facultad de Estudios Generales en la Universidad de San Marcos, una modernización que en ese momento fue intensamente resistida por la izquierda radical, que la consideraba un argumento imperialista. Por esos mismos tiempos participó en la formación del Instituto de Estudios Peruanos.
 
Salazar Bondy pertenece a la última generación de personas que en este país mantuvieron una actuación prominente desde el campo de la filosofía. Que fueron, digamos, filósofos profesionales antes de ser personas de todos sus otros intereses y actividades. Gustavo Gutiérrez o Francisco Miró Quesada Cantuarias son otros dos nombres que vienen a la mente.
 
Las ideas propuestas por Salazar Bondy sobre la condición alienada de la cultura peruana, y dentro de ello de una parte de su población, mantienen vigencia, y carga polémica. Los modernos trabajos de Aníbal Quijano sobre la colonialidad del pensamiento (no solo en el Perú) tienen una obvia relación con lo que escribió Salazar Bondy en su momento.
 
En efecto, el valioso pensamiento de Salazar Bondy mantiene una evidente actualidad. Que su matriz disciplinaria sea la filosofía no ayuda a su difusión en un tiempo marcado por las ideas instantáneas. Que sus difusores hayan sido a su vez filósofos, y dentro de ello académicos, tampoco ha ayudado mucho.

Fuente: Diario La República. 08 de febrero del 2014.

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